El por qué de su nombre

publicado en: Historia de La Nonna | 1

nonnaTranscurría el año 1928, de Monterosso, Italia. Llegaba a La Plata, de su pequeño pueblo montañés, una frágil y joven mujer: María Teresa Laserra. Ni bien hubo arribado, un coterráneo comenzó a cortejarla, se trataba de Don José Antonio Mancuso. Se casaron, comenzando una nueva vida, llenos de ilusiones y esperanzas. De esta unión nacieron cuatro hijos: Antonio, Mario, Rosa y Norma que los colmaron aún más de dicha. Pero esta alegría solo duro 12 años, la noche anterior a la llegada de la primavera fallecía en forma repentina Don José Mancuso quedando solo la esposa y los niños. Desde ese momento, comenzó una vida llena de pesares, zozobras y privaciones. Pero «La Nonna» Doña Teresa, no escatimó ningún sacrificio para criar a sus hijos.

Amante del Teatro Lírico fue introduciendo a sus pequeños en el amor a las artes y las manifestaciones de la cultura en sus diversas facetas, siendo el Teatro Argentino de La Plata el «templo» familiar.

Uno a uno, los hijos se fueron destacando en las ramas elegidas. Aún se escuchan en los ambientes de la casa las voces y sonidos de los integrantes de la familia, de sus amigos y condiscípulos en los ensayos de coros o conjuntos musicales, las clases de ballet o de piano. En la esquina de 47 y 3, era frecuente observar a grupos de personas tratando de «espiar» o escuchar en las vidrieras los ensayos que en el local se efectuaban. Años después se unió al grupo familiar, Ernesto Ringer, quien también incorporó sus conocimientos musicales formando parte de los diversos conjuntos.

 

foto rosa de jovenEn la vieja casona nacieron las más diversas expresiones: coros, teatro, lírica, ballet, sinfónico… todo se preparaba bajo la supervisión de la más entusiasta del grupo: «La Nonna» Doña Teresa, quien sin bajar los brazos, había conseguido lo que se propuso. Continuó su obra con su primer nieto: LEO. Él no solo mantiene la vocación de su «Nonna», sino que día a día investiga y ahonda sus conocimientos, sin escatimar esfuerzos para lograr su perfección.

Hoy, ya «La Nonna» no se encuentra entre nosotros. Hizo un viaje desde donde nos sigue guiando y supervisando. Aquí vivió, aquí esta su espíritu, su impulso, su lucha y aquí la recordamos. Cuando algo nos intranquiliza o preocupa en forma milagrosa se soluciona. Decimos «esto lo mando la Nonna». Por eso para finalizar y sintetizar nuestro sentimiento, recuerdo a Olegario V. Andrade repitiendo sus palabras: «…aún perdura en el ambiente, de sus labios, la dulce melodía… Llama siempre a tu madre cuando sufras, que vendrá viva o muerta. Si está en el mundo, a compartir tus penas y sino, a consolarte desde arriba. Y lo hago así, cuando la suerte es ruda, como hoy perturba en mi hogar la calma: invoco el nombre de mi madre amada y entonces siento, que se ensancha el alma…»

ROSA M. A. MANCUSO de RINGER

Una respuesta

  1. José Incurato

    Gracias por recordarme a La Nona, (mi tía postiza) mi infancia, mi esquina, mi barrio.
    Gracias mil

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